Dentro del sector inmobiliario, uno de los requisitos más importantes para rentar una casa es el contrato de arrendamiento.
Si bien los propietarios deben permanecer dentro de los límites de la ley al momento de estructurarlo, existen muchas variables para elaborar dicho acuerdo inmobiliario.
Los propietarios de vivienda en renta atraen a un arrendatario muy diferente con un contrato de arrendamiento a corto plazo de una semana que no es renovable frente a un contrato de arrendamiento a largo plazo renovable de 12 meses.
Un contrato de arrendamiento implica una obligación en ambos lados de la línea de firma.
Con este documento, el propietario se compromete implícitamente a dejar que el arrendatario permanezca allí durante la duración del contrato de arrendamiento.
Siempre y cuando, el arrendatario cumpla con las reglas establecidas y pague la renta.
Además, el arrendatario se compromete a pagar el alquiler durante ese periodo de tiempo, respetando los acuerdos y, potencialmente, pagando una multa si necesita mudarse antes de tiempo y "romper" el contrato de arrendamiento.
El cambio más significativo al elegir un contrato de arrendamiento a corto plazo frente a un contrato a largo plazo es la frecuencia de rotación de la propiedad.
Por ejemplo, el dueño de una propiedad que coloca a un nuevo inquilino al año para contratos de arrendamiento prolongados solo debe anunciar, evaluar a los arrendatarios, realizar una inspección de entrada y supervisar la salida una vez.
Sin embargo, un propietario que renta un departamento o casa una vez a la semana o por unos pocos meses debe buscar inquilinos y manejar el cambio entre inquilinos casi continuamente.
Los cambios frecuentes de arrendatarios pueden generar más costos y pérdida de ingresos en comparación con el establecimiento de contratos de arrendamiento a largo plazo con menos rotación.
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Los alquileres a largo plazo tienden a ser una fuente estable de ingresos y la primera opción para los propietarios.
Esto se debe a que los inquilinos con los que trabaja buscan un lugar estable para vivir, posiblemente durante años, incluso si solo se comprometen a un año más o menos.
A la vez, este compromiso les permite "echar raíces", lo que te da la posibilidad de depender del ingreso de la renta cada mes sin tener que encontrar a alguien nuevo para mudarse cada pocos meses.
La mayoría de los propietarios de casas o departamentos en renta quieren alquileres a largo plazo porque el dinero es estable y la tasa de vacantes se mantiene relativamente baja.
Hay muchos casos en los que un plazo de arrendamiento más corto puede funcionar bien para los inversores inmobiliarios.
Los contratos de arrendamiento a corto plazo pueden ser tan cortos como una semana o menos para alquileres de vacaciones o eventos y hasta unos pocos meses.
Estos alquileres tienden a tener una razón específica para no ser propiedades de alquiler a largo plazo.
Por ejemplo, si se compra una propiedad residencial convenientemente cerca de un nuevo desarrollo de viviendas, los solicitantes de alquiler interesados podrían querer un contrato de arrendamiento de 3 meses mientras el constructor termina su casa.
Además, si se vive cerca de un destino turístico en el área, es posible que se desee la flexibilidad de arrendar a vacacionistas en temporada alta y luego elegir plazos de arrendamiento más largos para inquilinos estables fuera de temporada.
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¿Qué dice la Ley de Arrendamiento en México?
¿Qué es una póliza jurídica de arrendamiento?